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27/7/10

LA PERSONALIDAD DEL LIDER

“Porque somos hechura suya (la obra maestra de Dios),
creados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Efesios 2:10
El mundo está pidiendo a gritos que se manifiesten aquellos líderes que tienen un corazón íntegro, y que son ejemplo no solo en las iglesias sino también en sus hogares. Ser dueño de un buen carácter da definición a la personalidad del individuo, a la vez que ejerce gran influencia en el liderazgo que está desarrollando.
Uno de los grandes aciertos del modelo de los doce es la posibilidad de moldear el carácter de cada líder.
PERSONALIDAD
Dios reprodujo su carácter en el ser humano. Él diseñó un hombre justo, amoroso y feliz, que pudiese convivir en sociedad pero, ante todo, que pudiera disfrutar de una comunión íntima y permanente con el Creador.
La personalidad del primer hombre fue heredada de Dios, la cual se veía reflejada en sus buenas acciones.
Una vida controlada por el Espíritu Santo es, por lo general, una de principios firmes, de actitudes correctas y dueña de sí misma. El carácter de una persona se debe reflejar en el fruto del espíritu que tenga dentro de sí. "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza..." (Gálatas 5:22-23).
Tener personalidad es entender la obra redentora de Cristo, pues en la cruz quedaron canceladas todas nuestras deudas, fueron borrados nuestros pecados, se desvanecieron todos nuestros fracasos y fuimos redimidos de la maldición. Entender la obra de Jesús y aceptarla equivale a recuperar nuestra identidad.
TEMPERAMENTO
Tiene que ver con nuestro hombre interior, que es lo que hace que cada persona sea única, diferenciándose de cualquier otra.
Hay cuatro tipos de temperamentos básicos propuestos por Hipócrates:
- Sanguíneo: Entusiasta, vigoroso y atlético.
- Colérico: Tendencia a enojarse con facilidad; líderes natos.
- Melancólico: Tendencia a la calma, a la depresión y a la tristeza.
- Flemático: Aparentan cansancio pero se muestran reconciliados con la vida.
Todos los siervos de Dios fueron moldeados en sus respectivos temperamentos hasta que llegaron a alcanzar el punto de equilibrio.
CARÁCTER
Es el reflejo externo de lo que hemos aceptado internamente. Se dice que el temperamento y el carácter integran la personalidad del ser humano. Cuando el Señor vino a la tierra, se presentó como el Maestro por excelencia. Él dijo: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:29). Jesús es el único que puede ejercer una influencia positiva en nuestro carácter. Y si Él gobierna nuestras vidas, también se encargará de quitar toda influencia negativa que hubiésemos recibido en el pasado. “Pues como Él es, así somos nosotros en este mundo”.
RASGOS QUE DISTINGUEN LA PERSONALIDAD DEL LÍDER
1. Entusiasmo
El buen líder procura imprimirle positivismo a todo cuanto hace, sin importar las circunstancias que lo rodean.
a. No desmaya. El entusiasmo es una alta dosis de fe para no mirar las circunstancias y mantenernos con muy buen ánimo en todo lo que hacemos.
b. Renueva el hombre interior. La única manera de mantener una renovación día a día es predeterminando una mente abierta a la dirección del Espíritu Santo. Esto implica renunciar al pensamiento mediocre y tradicional.
c. Mira lo que no se ve. Cuando los ojos espirituales se abren, quedamos asombrados de todo lo que el Señor tiene para nuestras vidas, familias y ministerios, y que por temor o ignorancia no habíamos podido conquistar. Pero, ahora, a través de la fe, somos capaces de traerlo al plano natural.
2. Integridad (Tito 2:7-8)
El buen líder inspira confianza a sus consiervos y a quienes le siguen. Lo que podemos mostrar ante los demás es nuestra vida de sujeción a la Palabra, que es lo que da la integridad.
3. Seguridad de uno mismo (1 Samuel 17:46-47)
Alguien que no cree en sí mismo nunca se atreverá a enfrentar nuevos retos porque piensa que si lo hace, fracasará. Si Dios tuvo la osadía de creer en nosotros, ¿por qué nosotros aun no lo hemos logrado?. Los hombres de Dios se fortalecieron en lo que Dios había hecho en ellos.
4. Confiabilidad (1 Samuel 16:18)
El líder confiable asume las pequeñas obligaciones como grandes responsabilidades. Jamás piensa en sacar provecho personal de lo que se le ha confiado, pues tiene la certeza de que en su tiempo será exaltado. Se le pueden confiar los más grandes secretos porque nunca los divulgará.
5. Disciplina (1 Corintios 9:24-27)
Así como el deportista se prepara para poder tener éxito en su carrera, el creyente tiene que ejercitar a diario los sentidos espirituales, físicos, emocionales e intelectuales. Debe aprender a exigirse a sí mismo, a fin de culminar en victoria la carrera de la fe.
6. Perseverancia (2 Timoteo 2:6)
En el Japón hay una semilla conocida como la semilla del bambú japonés la cual, después de ser sembrada, permanece varios años sin mostrar externamente signos vitales. Todo ese tiempo, la semilla ha desarrollado solo su raíz. Al cabo de siete años, y en solo seis semanas, sucede el gran milagro: Aquella semilla se transforma en un tremendo bambú de aproximadamente 36 metros de altura. Haciendo un paralelo, el líder tiene que aprender a esperar en la obra que el Espíritu Santo hace en su interior para luego desarrollar su liderazgo ministerial. En el tiempo indicado verá el crecimiento del mismo, que alcanzará una dimensión sin precedentes.
7. Reproducción
El líder debe tener la habilidad de darle continuidad al ministerio a través de las personas que ha logrado formar en el liderazgo, pues ésta es la base para no dejar de crecer. Liderar consiste en ejercer influencia sobre otros, logrando el desarrollo de su más alto potencial. Esta influencia abarca el moldeado del carácter, el descubrimiento de valores y el reconocimiento de cualidades.
El líder es una fuente de inspiración para aquellos que vienen detrás de él, con su experiencia, les ayuda a acortar las distancias, y a redimir el tiempo. La única manera en que los discípulos se vuelvan expertos, es bebiendo del espíritu del líder, esto les eleva la fe y les da la destreza necesaria para alcanzar lo que sus líderes han alcanzado.